Pasan las semanas y los meses y uno ve crecer los desperdicios de carril-bici por todo Alcalá de Henares preguntándose si algún día esto se considerará una suerte de plaga bíblica.
Ve uno los carriles-bici pegados al borde de los coches aparcados, bacheados de serie, que empiezan y acaban en cualquier sitio (es decir, que no llevan a ninguna parte) y aún así, comprueba que la cosa puede empeorar. Solo llego a una conclusión: el que diseña los carriles-bici no ha montado en bici en toda su vida. Y si hay alguna duda, ahí quedan las fotos.
Con un Ayuntamiento que tiene las ideas de lo que es un carril-bici, una acera y un espacio de aparcamiento tan poco claras como para permitir semejante aberración, lo normal es que le importen muy poquito situaciones como esta otra. O te matas contra el semáforo o te matas contra el coche.